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ESPIRITUALIDAD.

Sabiendo que una de nuestras preocupaciones apostólicas consiste en centrar bien la espiritualidad del Corazón de Jesús, los MSC, como parte de nuestro patrimonio espiritual, encauzamos nuestro esfuerzo ascético hacia el cultivo de todas las virtudes del Corazón de Jesús.
El espíritu característico de la Congregación y de cuantos hemos sido incorporados a la misma no puede ser otro que la vivencia personal y comunitaria del amor gratuito de Dios. Sólo y mediante nuestra progresiva configuración con Cristo en la sencillez, la humildad, la abnegación, la entrega, la confianza, la obediencia, el celo, el amor a los pobres, la pureza de corazón, la solidaridad y el sacrificio, seremos y podremos ser llamados de verdad, Misioneros del Sagrado Corazón y de Santa María de Guadalupe (Const. MSC. Arts. 7 y 8 & 2)

Aquí radica el centro esencial que reaviva cada día la entrega personal y comunitaria en el proceso configurativo con el Corazón de Jesús para la misión a nos encomendada.

Como parte de nuestras prácticas espirituales, tanto para los MSC como para con los laicos con los que celebramos nuestra fe, entre otras, está el realzar la Eucaristía, tanto en su fervorosa celebración como en la amorosa adoración, propiciando vistas al Amigo Jesús oculto en el Sagrario; cuidando el espacio donde se reserva la Eucaristía y el altar, los ornamentos, vasos sagrados, etc. Con decoro y dignidad.

Por supuesto que algo fuerte entre nosotros es el Viernes Primero de cada mes, vivenciando el amor misericordioso del Corazón de Jesús.  Y, no puede ser menos importante todo el acontecimiento Guadalupano, realzando las festividades de María, y tomándola en cuenta cada 12 de mes, con actos marianos y temas de reflexión específicos y directos sobre Santa María de Guadalupe.